Qué orden debo seguir a la hora de reformar una vivienda. Hacer una reforma en casa tiene muchas ventajas, ya que tendrás la ocasión de adaptar el espacio a tus necesidades. Sin embargo, enfrentarse a las obras lleva aparejadas molestias que incluso pueden llegar a hacer que nos arrepintamos. Para que esto no ocurra, la planificación es muy importante. Antes de poner tu casa patas arriba, tendrás que asegurarte de que la empresa y los profesionales que vas a contratar son de confianza, así que toca valorar sus referencias. Solo de esa forma te asegurarás que el cronograma que has diseñado cumple los plazos. ¿Pero por dónde empezar? Te damos las claves.

Pros y contras de reformar por fases

En vez de hacer todo a la vez, seguir un orden te proporcionará más tranquilidad, no solo mental, sino económica. Al hacer una reforma por fases, a medida que se vayan completando, irás pagándolas, por lo que no tendrás que abonar la cantidad total de una sola vez y tendrás más maniobra para ahorrar. Además, al ser un proyecto vivo, tendrás la opción de realizar los ajustes que consideres oportunos. Igualmente, un avance progresivo te permitirá seguir viviendo en tu casa sin tener que buscar un alquiler temporal.

Pero reformar una vivienda por etapas también tiene sus inconvenientes. Al no realizarse tareas simultáneas, el avance es más lento, y por tanto, los resultados tardan más en verse. Esto puede llegar a ser descorazonador, así que ármate de paciencia y recuerda que lo importante es cómo quede tu casa al final. Por otro lado, sufrir las obras en directo, sin trasladarse a otra vivienda, supone una invasión de tu intimidad, y hay quien no quiere convivir con obreros, ruidos y polvo todo el día.

Empieza por las instalaciones

No se ve, pero es fundamental. La fontanería o la electricidad son elementos de suma relevancia en una vivienda, y cambiar todo el cableado o las tuberías es lo primero por donde deberías empezar si tienes en mente hacer una reforma integral por fases. En las casas antiguas, será imprescindible atajar los problemas que en un futuro den estas instalaciones, como humedades o cortocircuitos. Igualmente, si hay que reforzar estructuras, lo más recomendable es solucionarlo en primer lugar.

Baño y cocina, cuanto antes mejor

Son las estancias que más trabajo llevan. Además, si estás viviendo en la casa donde se están realizando las reformas, serán las que más prisa te corra, para poder utilizarlas lo antes posible, sobre todo, el baño. Los expertos incluso recomiendan que se hagan a la vez, puesto que son bastante independientes. Todo dependerá de tu presupuesto y de si tienes todos los materiales comprados con antelación.

En cualquier caso, cuenta con que la reforma de una baño integral tarde entre una y dos semanas, mientras que la cocina tarda un par de semanas más. Respecto a esta última, no es lo mismo que esté ubicada en una habitación independiente a que esté integrada en el salón o, precisamente, la obra se haga para unirla al mismo. En tal caso, el salón no puede entenderse como algo aislado, pues el suelo exige continuidad.

Ahora tocan los suelos

El pavimento de baño y cocina es diferente al del resto de la casa, pues suele ser cerámico. Aunque hay alicatados que imitan la madera, en las habitaciones como dormitorios y salones también entra en juego la tarima. Este sería el momento de instalar los suelos de los cuartos que no son húmedos. Tal y como decíamos anteriormente, en cocinas integradas, se aprovecha para poner unificar el pavimento, si bien los de los fogones suelen tener algún tipo de tratamiento especial que no influye visualmente en el acabado.

Nuevas puertas y ventanas

Las puertas siempre deben instalarse después que el pavimento nuevo, puesto que su tamaño por abajo está limitado por la altura del suelo. A veces, se corre mucho comprando las puertas y pasa más de lo que imaginas que estas rozan en el suelo y tienen que recortarse porque no se ha tenido en cuenta que hay menos distancia, más aún si no se retira el anterior pavimento.

En cuanto a las ventanas, que colaboran en un mejor aislamiento y eficiencia energética, suelen colocarse al mismo tiempo que las puertas, ya que es también es un trabajo de carpintería. Con las de tipo balconera, que llegan hasta abajo, de nuevo ten en cuenta el nuevo suelo. Aquí deberás ser más preciso, ya que no es tan fácil de adaptar el cristal y el marco de aluminio como una puerta de madera.

Pintura: el toque final

La pintura siempre es lo último, dado que así se evitan las manchas y desperfectos en las paredes que generan la ida y venida de materiales y operarios. También será el momento de cualquier acabado extra en los paramentos verticales como zócalos a media altura o papel pintado. Para terminar, solo quedará limpiar a conciencia y volver a colocar los muebles y complementos decorativos. ¡Tu casa está lista!

Fuente: pisos.com

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